La cifra total de argentinos que cruzaron al país vecino ascendió hasta 8.000. El contexto de las extensas esperas derivó en algunos incidentes.
El inicio del fin de semana largo provocó un notable colapso en el tránsito hacia Chile durante el viernes, con largas filas de espera que se registraron en los principales pasos fronterizos de Mendoza y Neuquén, obligando a algunos viajeros a pernoctar en sus vehículos mientras aguardaban la habilitación para cruzar.
La afluencia sostenida de vehículos, motivada por el flujo de turistas que buscaban realizar compras y disfrutar de paseos en el país vecino, generó demoras considerables en los pasos internacionales. El Sistema Cristo Redentor, en Mendoza, fue uno de los más afectados, donde los trámites de ingreso demoraron hasta seis horas, a pesar de que las autoridades habilitaron siete cabinas para particulares y cinco para micros de larga distancia.
La acumulación de vehículos resultó inevitable, con una cifra que ascendió a 5.035 personas y 37 colectivos que cruzaron a Chile solamente durante el viernes, según datos de la coordinación argentina del Sistema Integrado Cristo Redentor. Si se sumaban las 2.885 personas que ya habían cruzado el miércoles, la cifra total de argentinos que cruzaron al país vecino ascendió hasta 8.000.
En Neuquén, la situación no fue menos compleja. El paso Cardenal Samoré experimentó una acumulación de automóviles que superó los 4 kilómetros de longitud y los tiempos de espera excedieron los 60 minutos, lo que generó incomodidad entre conductores y acompañantes. Muchos viajeros decidieron pasar la noche en sus vehículos o en las cercanías del paso para asegurarse un lugar preferencial al momento de la apertura matutina. Por el contrario, el paso Pino Hachado, también en Neuquén, registró un flujo de vehículos "constante, pero fluido, sin demoras", de acuerdo con voceros del lugar.
El contexto de las extensas esperas derivó en incidentes, que reportó una confrontación entre conductores en el paso mendocino, la cual estuvo a punto de escalar a violencia física. El altercado se originó cuando un automovilista intentó adelantarse en la fila, lo que motivó la reacción de otros viajeros. La discusión escaló al punto en que varios automovilistas descendieron de sus vehículos para recriminarle su comportamiento, golpearon la camioneta e exigieron que regresara a su lugar original en la fila.