Tras años de ejercicio de la función pública, desde concejal hasta diputado provincial, además de otros cargos en el gabinete de Jalil, cuando este era intendente y ministro en la última gestión gubernamental de su jefe político. Juan Cruz se va a un lugar seguro, siempre y cuando el Senado apruebe su pliego. – eldiariodecatamarca.com
El Tribunal de Cuentas es un lugar apetecible, si bien, en este caso no podrá ejercer la titularidad, por no ser abogado, si será vocal. El organismo es el único que tiene la facultad de proyectar su propio presupuesto y la de remover y nombrar su personal, además de la inalterabilidad de los sueldos de sus miembros, o sea, un nicho como ninguno. Y como si eso fuera poco, los cargos son inamovibles, ya que tan solo se exige buena conducta, tal cual lo expresa la Constitución de la provincia.
Por lo que, si alguien considera, que vale más ser ministro que integrante del Tribunal, o mejor dicho considera que baja de categoría, o es un premio castigo, opina desde la ignorancia.
Juan Cruz Miranda, salvo que el Senado rechace su pliego, como lo adelantó este diario, ya es miembro del tribunal más apetitoso de la función pública provincial, donde su misión será fiscalizar y controlar la percepción e inversión de los fondos públicos.
