Se trata de la planta hidroeléctrica Tres Gargantas, situada en el curso del río Yangtsé. Contiene casi 40 mil millones de metros cúbicos de agua.
El eje de rotación de la Tierra se desplazó dos centímetros y la duración de un día aumentó en aproximadamente 0,06 microsegundos a causa del peso de una represa ubicada en China, según expertos del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA,
La Presa de las Tres Gargantas fue construida entre 1994 y 2012, se sitúa en la provincia de Hubei sobre el curso del río Yangtsé. Tiene más de 2 kilómetros de longitud y 180 metros de alto y fue creada para regular inundaciones, facilitar la navegación y producir energía.
Se trata de un gigantesco embalse capaz de contener hasta 39.300 millones de metros cúbicos de agua y es el más grande jamás construido.
Los datos se conocieron gracias al trabajo de Benjamin Fong Chao, geofísico del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, quien explicó que la redistribución de masas, tanto por fenómenos naturales como por obras humanas, puede tener consecuencias sobre el momento de inercia del planeta.
Benjamin Fong Chao mostró que la gigantesca presa china era capaz de contener 40 kilómetros cúbicos (10 billones de galones) de agua, lo que provocaba un desplazamiento de masa que hacía aumentar la duración de un día en 0,06 microsegundos y mover la posición del polo de la Tierra unos 2 centímetros (0,8 pulgadas).
Siguiendo esa teoría, habría sido esa acumulación masiva, concentrada a gran altitud, lo que habría modificado la distribución de la masa planetaria y, por lo tanto, modificar el eje terrestre.
En 2010, la revista Geophysical Research Letters publicó un estudio que asociaba cambios en el eje terrestre con actividades humanas, entre ellas la construcción de esta infraestructura.
"El desplazamiento alteró sutilmente la distribución de la masa terrestre, impactando así en su momento de inercia y, por consiguiente, en su rotación", indicaban para 2024 una publicación en el Huffington Post.
Desde la NASA habían observado efectos similares tras el tsunami de 2004 en el Océano Índico, cuando el movimiento tectónico redujo la duración del día en 2,68 microsegundos.