Quién es

Es oficial la designación de Francisco Sánchez como Secretario de Culto

Francisco Sánchez es un militante antiderechos, pidió la pena de muerte para Cristina Kirchner y niega los crímenes de la dictadura.

El gobierno de Javier Milei oficializó este miércoles la designación de Francisco Sánchez al frente de la Secretaría de Culto.

Así quedó plasmado en el Decreto 201/2024 publicado hoy en el Boletín Oficial con las firmas del presidente Milei y la canciller Diana Mondino. La designación rige desde el 16 de enero pasado.

Estrechamente vinculado a Patricia Bullrich, Sánchez tiene el insólito récord de haber insultado al papa Francisco en reiteradas oportunidades; haber agraviado al judaísmo al hablar del “sionismo internacional” con una influencer de la extrema derecha y haber dañado al islam al calificarlo como “hordas”.

Dentro del PRO, Sánchez conformó la línea de Unión Republicana que, a su vez, tiene una rama juvenil: Jóvenes Republicanos. Ese grupo estuvo detrás de la colocación en 2021 de bolsas mortuorias en la Plaza de Mayo que tenían, entre otros, el nombre de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Al año siguiente, vandalizaron la estación de subte que lleva el nombre del periodista Rodolfo Walsh. “En esta estación hay un asesino”, decían los carteles.

En 2022, Sánchez reclamó pena de muerte para Cristina Kirchner. Lo hizo el 22 de agosto, después de que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola pidieran doce años de prisión contra la expresidenta en la causa conocida como Vialidad.

“Doce años por robar impunemente es casi nada. El año pasado presenté un proyecto de ley para que este tipo de delitos sean considerados traición a la Patria. Merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria”, tuiteó.

Nueve días después, Fernando Sabag Montiel gatilló un arma a centímetros de la cabeza de la dos veces presidenta de la Nación.

Sánchez se opone al aborto, comparte publicaciones contra el matrimonio igualitario en sus redes sociales, rechaza la capacitación obligatoria para funcionarios públicos que establece la Ley Micaela y sostiene que la Educación Sexual Integral (ESI) es un “instrumento de perversión y adoctrinamiento, impuesto bajo un sistema dictatorial con la excusa de la democracia mayoritaria”.

Se define además como amigo personal de Victoria Villarruel y sostiene, junto a ella, la teoría de los dos demonios. El 24 de marzo pasado tuiteó: “Sostienen un relato para crear una memoria colectiva que choca con la verdad histórica”.

Su designación cayó como un baldazo de agua fría para la comunidad católica, la judía y la islámica y fue repudiada por más de 20 entidades religiosas. Jorge Knoblovits, presidente de la DAIA, aseguró que “preocupa que se nombre a un dirigente que ofendió a las principales religiones monoteístas”.