La técnica parece sencilla, pero requiere entrenamiento y se debe contar con el equipamiento adecuado.

La herramienta más útil para el diagnóstico y seguimiento de la hipertensión es mediante el registro de la presión arterial. Si bien la técnica parece sencilla, requiere entrenamiento, pero también se debe contar con el equipamiento adecuado. Se recomienda la utilización de tensiómetros validados, pueden ser aneroides o automáticos, siempre y cuando cumplan con los requisitos correspondientes.

El resultado permitirá determinar si presentamos valores normales o elevados de presión arterial. En este sentido, las Guías Argentinas de Hipertensión Arterial, definieron que valores menores a 140/90 mmHg (14/9) son considerados normales. En el caso de poseer valores mayores a los mencionados será necesario un control con el médico para poder valorar globalmente al paciente y determinar la necesidad de comenzar un tratamiento.

Medirse la presión de forma adecuada es fundamental para obtener valores confiables y detectar a tiempo posibles alteraciones. Una toma incorrecta puede arrojar resultados erróneos que confundan o retrasen el diagnóstico. Para hacerlo correctamente hay que seguir estas recomendaciones:

  • Antes de la medición, es importante descansar al menos 5 minutos, vaciar la vejiga si es necesario.
  • Se recomienda también estar en un ambiente tranquilo, sin hablar ni moverse durante la toma.
  • La persona debe sentarse con la espalda apoyada en el respaldo, los pies apoyados en el piso y el brazo descubierto y apoyado a la altura del corazón.
  • El brazalete del tensiómetro debe colocarse alrededor del brazo, sin ropa entre medio, y ajustarse correctamente: ni muy flojo ni muy apretado.
  • Se sugiere realizar al menos dos mediciones con un intervalo de 1 a 2 minutos entre cada una, y anotar los resultados. En el caso de que haya mucha diferencia entre ambas, puede hacerse una tercera medición y promediar los valores.