Aunque pregona sobre la libertad como el valor supremo, los constantes y destemplados ataques de Javier Milei a la prensa están liquidando la libertad de expresión en la Argentina.
"La gente no odia suficientemente a los periodistas" se quejó hace apenas un par de días el presidente Javier Milei quien hizo de la prensa uno de sus principales blancos de sus recurrentes y destemplados ataques. La avanzada del gobierno libertario sobre la prensa no pasó desapercibida y quienes pregonan la libertad como el valor suprema hicieron que la Argentina se derrumbara en el ranking de países con mayor libertad de expresión en el mundo.
Desde que Javier Milei desembarcó en la Casa Rosada Argentina cayó 47 posiciones en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y quedó este año en el puesto 87.
De acuerdo con RSF la debacle de la Argentina en este ranking se debe principalmente a los constantes ataques de Milei a periodistas, al desmantelamiento de los medios públicos y al uso de la publicidad estatal como arma política.
"En Argentina (87º), el presidente Javier Milei ha estigmatizado a los periodistas, desmantelado los medios públicos y utilizado la publicidad estatal como arma política. El país se ha desplomado 47 posiciones en dos años", aseguró RSF en su informe anual sobre la libertad de prensa, publicado este viernes.
Por su puntuación, Argentina se encuentra entre el grupo de países que tienen "problemas significativos" con la libertad de prensa, y le siguen de cerca en el ranking Malasia (88º), Grecia (89º) y Nepal (90º).
En tanto, Noruega encabeza el listado y Estonia, Países Bajos, Suecia y Finlandia completan el top cinco de los países con mayor libertad de prensa -todos fueron calificados como en "buena situación"-, mientras que el país africano Eritrea, Corea del Norte, China, Siria e Irán, se consolidan en los puestos más bajos del ranking que analiza la situación del periodismo en 180 países.
El informe 2024 de la organización, publicado solo a cinco meses de la asunción del actual Gobierno, aseguraba que la llegada al poder de Milei, quien se reconoce abiertamente hostil con la prensa, marcaba "un nuevo y preocupante punto de inflexión para la garantía del derecho a la información en el país".
Además, señalaba que "la alta concentración, la polarización, la ausencia de políticas públicas para garantizar la pluralidad, así como la precarización del ejercicio del periodismo constituyen las principales amenazas a la libertad de prensa en Argentina".
Un año más tarde la situación se profundizó, en "un contexto de deriva autoritaria" el país se desplomó 21 posiciones, pasó de encontrarse en el puesto 66 a estar en el 87, y cayó 47 puestos en dos años.
Reporteros Sin Fronteras alertó que el periodismo en América se "enfrenta a retos estructurales y económicos persistentes: concentración de los medios de comunicación, fragilidad de los servicios públicos de información y precariedad de las condiciones laborales".
Como consecuencia, explicó el informe, "la presión financiera lleva a algunos medios de comunicación a ponerse al servicio de intereses políticos o comerciales, mientras que otros, por falta de recursos, se contentan con difundir comunicados oficiales. En entornos hostiles, la autocensura se convierte en un reflejo de supervivencia".
Además de Argentina, en países como Perú, puesto 130 en el ranking mundial, El Salvador, número 135, o México, el país donde mueren más periodistas en la región (124º), la libertad de prensa también decayó.
En cambio, en Brasil (63º) sigue mejorando, después de dejar atrás la era Bolsonaro, y escala 47 puestos desde 2022.
Nicaragua (172º) es el país con la peor puntuación de América Latina, incluso está 12 puestos por debajo de Venezuela, que tiene el puesto 160.