Ante el derrumbe de la demanda, algunos proveedores están presentando listas con rebajas que llegan hasta el 10%; por el momento se trata de un fenómeno limitado a categorías puntuales de alimentos; los fabricantes habían proyectado un tipo mucho más alto.

El fantasma de la deflación ya recorre las góndolas de los supermercados argentinos. En medio de una profunda caída del consumo, en los últimos días las grandes cadenas de supermercados y los mayoristas empezaron a recibir algunas listas con bajas de precios de distintos proveedores. Por ahora no se trata de un proceso generalizado ni se siente en todas las categorías, pero en el sector ya hablan de un cambio de tendencia, después de la ola de aumentos de los últimos meses.

A la hora de explicar las causas, en los supermercados precisan que pueden influir varios factores, como el incipiente ingreso de productos importados -que ya empezó a registrarse en algunas categorías como cervezas o atún en lata, y que promete extenderse al pan lactal y las pastas-. Otras voces precisan que en algunos casos, las empresas fabricantes se habían sobregirado en dólares y había confeccionado sus listas pensando en un tipo de cambio mucho más alto.

Sin embargo, entre todos los jugadores del rubro existe un consenso de que detrás de las bajas de precios se encuentra un derrumbe de la demanda que obliga a todas las empresas a repensar sus estrategias comerciales. De acuerdo a los datos de la consultora Scentia, la caída del consumo se profundizó en marzo que cerró con una baja del 7,5% en las ventas de la canasta básica (alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza).

En el caso de las compañías que están reformulando a la baja sus listas de precios, la caída llega hasta el 10% y en muchos casos el dato viene disimulado bajo conceptos como “promociones” o “descuentos especiales”. La lista de empresas que comunicaron una baja en sus precios -ya sea directa o vía acciones promocionales- incluye a empresas líderes y también a segundas y terceras marcas, principalmente en el rubro alimentos.

“Hace dos semanas habíamos salido para los comerciantes con una oferta de azúcar Ledesma a $950 y ahora la estamos vendiendo a $799, es decir casi un 20% menos. Y algo parecido está ocurriendo en marcas de arroz como Molinos Ala y Dos Hermanos y en la harina de Morixe”, explicaron a LA NACION en un distribuidor mayorista líder.

“Hay proveedores que están presentando listas con bajas de precios muy marcadas. Y algunos son grandes como Molinos que nos acaba de mandar una lista con una baja promedio del 10%”, explicaron en una de las grandes cadenas de venta minorista.

En otro mayorista tienen una mirada menos optimista en materia de precios. “En las listas nuevas no hay bajas, pero lo que sí están apareciendo son inversiones en actividades de dinámica para mover la mercadería. Por otro lado, lo que tampoco se ve son aumentos”, explicaron a LA NACION.

“No estamos viendo bajas generalizadas en toda la lista de precios, pero están llegando listas con algunos productos con caídas puntuales. A esto se suma que los pocos aumentos que llegan están todos por debajo de la inflación, con lo cual los alimentos están bajando de precio en términos reales”, explicaron en otra cadena de supermercados.

En el sector, además, relativizan el papel que puede tener la importación en estos movimientos de los precios. “Por ahora, los supermercados estamos recomponiendo los stocks de productos importados que habían desaparecido en los últimos meses por los problemas para pagar las compras. Pero para tener un arribo importante de productos todavía hay que esperar. Recién en unos meses vamos a tener la oferta para competir en segmentos masivos como las pastas italianas a 3000 pesos o las galletitas más populares”, señalaron.